martes, 11 de diciembre de 2012

Rebeca Domínguez, la imputada pokémica


¿Una de las pruebas aportadas al proceso?
La imputación pokémica de Rebeca Domínguez, incluyendo la de sus ojos increíbles que es como imputar a los atardeceres, ha cogido a (casi) todos por sorpresa. A nosotros no, claro, pero nobleza obligaba, qué le vamos a hacer. De mantenerse su imputación tras declarar el día veinte, Rebeca demostrará que pertenece a una novísima casta de políticos, esos que no necesitan mantenerse en el puesto mucho tiempo para corromperse sino que vienen corrompidos de casa. A la hija “política” de Conde Roa le menguan los gigantes y que, convertidos en enanos, comienzan a crecerles. Poco ha aprendido de la política la bravina Domínguez porque en lugar de corromperse allende las lindes donde el robo y el engaño son señal de aristocracia, desde las estepas rusas a los arrozales chinos y luego presentarse con aires aristocráticos de empresaria emprendedora, parece que ha preferido enfangarse en lo conocido y cotidiano, entre el hórreo y la boina gallega. Al parecer, pues poco se sabe aínda, todo arranca de cierta adjudicación de una escuela en Salgueiriños y ella, con apenas unos meses en el cargo, ya ha metido su mano de solista de piano. Eso se llama aprovechar el tiempo. Pronto sabremos en qué depara la cosa y, para el caso, duro, durísimo con ella, sin piedad ni compasión política, que pague el intentar aprovecharse de lo ajeno cuando tantos llevan esperando años para hacerlo, sufriendo al ver cómo una jovenzuela que, ¡ni siquiera habla bien gallego! les adelanta por la derecha según se va al cielo de las adjudicaciones. Que la magistrada cumpla su papel y haga justicia, el ser la única jueza en Galicia que es mismo al tiempo la mejor y la peor del mundo, según el color de quien a impute, la obliga a ello.
Mientras, en la calle, el mito Rebeca sigue creciendo por esas cosas del arcano humano. Recordarla como se la recuerda y además saberla corrupta y perversa solo servirá para agrandar su corta leyenda…¿o no?
Por cierto, apuntan desde el gallinero, si se trata de una posible corrupción en el área de Educación, ¿no era esa la que le correspondía al actual alcalde Currás antes de hacerse con la vara de mando? ¿Ein?

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